El inmobiliario español en 2017
Óscar Romera Jiménez, profesor de EAE Business School, explica en esta tribuna que «la recuperación es hoy un hecho. La recuperación de la economía española iniciada a mediados de 2013 se ha ido trasladando paulatinamente a todos los ámbitos de la economía nacional. Entre ellos, el pulso del sector inmobiliario y de la construcción es cada vez más fuerte. En España, hay censadas más de 25 millones y medio de viviendas, de las cuales, el 74,3 por ciento están ocupadas por hogares como vivienda habitual y el 25,7 por ciento restante son viviendas no principales. Somos el segundo país de la Unión Europea con mayor porcentaje de población residente en edificios de vivienda plurifamiliar y el país de la antigua (UE15) con el mayor porcentaje de viviendas en propiedad».
Comenta que las previsiones para 2017 «ofrecen crecimientos de dos dígitos en vivienda iniciada (15,3 por ciento), vivienda terminada (20,2 por ciento) y nuevos proyectos visados (25,9 por ciento), mientras que el stock de obra nueva caerá un 17,8 por ciento hasta las 324.000 viviendas, dando salida poco a poco al montante de viviendas sin vender, consecuencia de la híper producción de vivienda y de la caída de la demanda durante la recesión, que llegó a alcanzar un pico máximo en 2009 de 650.000 viviendas. Un dato más, según la patronal de las empresas cementeras, se prevé un crecimiento del consumo de cemento por encima del 10 por ciento para este año, sin duda, consecuencia del repunte en la construcción de viviendas»
«La recuperación de la confianza de los inversores es un hecho -expone-. Así lo acredita tanto la inversión productiva total, que en 2016 ascendió a 23.476 millones de euros, como la inversión específica en el sector inmobiliario. En los tres últimos años, se han invertido en España en el sector no residencial más de 32.000 millones de euros. Y en el caso del segmento residencial, la recuperación es cada vez más sólida, como demuestra el dato de 450.000 unidades vendidas en 2016».
Artículo original: El Economista