El ladrillo reluce de nuevo en Galicia

La actividad inmobiliaria vuelve a ser fuente de generación de empleo tras el ocaso del «boom» – En lo que va de año se han constituido empresas al ritmo de casi una al día

El sector inmobiliario encadena en Galicia unos niveles de crecimiento no vistos desde hace cinco años. Expertos del sector afirman que, desde finales de 2014, se está notando un cambio de tendencia, y señalan que se están sentando los cimientos para lograr un crecimiento más sostenido que el del boom previo a la doble recesión. El abaratamiento de la vivienda que, de media, es casi un tercio más barata que hace una década, unido al mayor protagonismo de la vivienda de segunda mano, han borrado del listado a casi 10.000 inmuebles del stock de vivienda nueva.

Tras casi más de un lustro de digestión del empacho inmobiliario vivido en la década pasada, el sector inmobiliario alza el vuelo de nuevo. «En los últimos años se el sector se está recuperando, está volviendo a crear empresas y a aumentar el número de empleados» destaca Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

La mejora de la situación económica ha permitido que el sector vea la luz al final del túnel y se recupere desde los niveles extremadamente bajos que llegó a tocar. En lo que va de año se han creado en Galicia un total de 153 compañías relacionadas con el sector inmobiliario, en el que es su mayor crecimiento desde el año 2012. Según los datos de la Seguridad Social, las actividades inmobiliarias ya emplean a 3.763 personas en la comunidad, un 3,24% más que a principios de este año.

Y es que la mejora de la situación económica está abriendo de nuevo el apetito de los gallegos por la compra de vivienda. En los cinco primeros meses del año se han contabilizado un total de 5.846 transacciones inmobiliarias en la comunidad y un 1,2% más que en la cifra registrada en el mismo periodo del año anterior, algo que se está materializando en un aumento de la concesión de crédito, que Abanca cifra en un 6% en los últimos doce meses.

Aunque el repunte en Galicia es inferior al de la media de España (las operaciones crecen un 12,7%) no empaña el hecho de que sea su mayor crecimiento desde el año 2013. El presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra (Aproin), Javier Garrido, justifica esta situación por las particularidades de la economía gallega, «que resiste mejor en épocas de crisis, pero que no crece al mismo ritmo que el resto de España en los momentos de mayor expansión».

Rebajas en los precios

El repunte de la compra de vivienda de segunda mano está siendo el principal catalizador de este repunte en la actividad. Esta ha pasado de suponer apenas un tercio del total de las ventas en la época del boom inmobiliario al 88% que registra en la actualidad. Iglesias subraya que esta tendencia viene apoyada por el «ajuste de precios que se está produciendo» en este segmento. No en vano, el importe movido en las operaciones inmobiliarias que se están realizando con este tipo de vivienda se sitúa un 34,8% por debajo del registrado en sus máximos del año 2007. Si en el 2009 el precio medio de las viviendas compradas se situaba en los 130.935 euros, en el primer trimestre del año la cifra se reduce hasta los casi 105.000.

Este fuerte ajuste en los precios ha permitido drenar del stock de vivienda nueva en casi cinco dígitos -un total de 8.880 inmuebles a lo largo de los últimos cuatro años-, hasta situar el número en 24.565 al cierre del 2016, según los datos recopilados por el Ministerio de Fomento. Sin embargo, Iglesias alerta de las fuertes diferencias entre las regiones de Galicia y habla de «recuperación asimétrica». El experto cita el ejemplo del norte de Lugo (la zona de Barreiros llegó a parecerse más a una localidad del Levante que a la Mariña), en donde «el stock de vivienda nueva se está reduciendo a un ritmo de casi el 18% anual», gracias a la reducción de precios para situarlos acordes a «los niveles de renta de los habitantes del entorno».

Además de la compra de viviendas ya existentes, la construcción también comienza a levantar el vuelo, hasta el punto de convertirse en uno de los que está «tirando de la creación de empleo», como destaca Javier Garrido. Tres de cada cien nuevos puestos de trabajo en la comunidad se crean en el sector de la construcción, que ya emplea a 74.569 personas en Galicia.

Garrido, para quien el sector promotor se encuentra en «clara recuperación», señala que uno de los mejores termómetros para calibrar el estado de salud del sector es «el consumo de cemento», íntimamente vinculado a la construcción de edificios y cuyas cifras ofrecen una lectura positiva para el sector. En lo que va de año, España ha consumido 4,88 millones de toneladas, un 10,7% más que en el mismo periodo del año anterior. En los cuatro primeros meses del año se han construido un total de 379 viviendas de nueva planta, la mayor cifra registrada en el periodo desde el año 2012, aunque todavía lejos de las 3.152 completadas en el mismo periodo del año 2008.

Sin inversión extranjera

La recuperación del sector en la comunidad tiene el mérito añadido de que no encuentra el apoyo de la inversión extranjera. Según los datos que recoge el Colegio de Registradores tan solo un 0,72% del total de las operaciones realizadas en Galicia a lo largo del primer trimestre del año corrieron a cargo de un comprador extranjero. Es el segundo dato más bajo de toda España, solo por detrás de Extremadura (0,67%). y que contrasta con la media nacional, del 13,07%. La brecha se acentúa aún más si se compara con las comunidades turísticas por excelencia, en donde el empuje de las compra de segunda residencia eleva el peso de la compra extranjera hasta el 34,09% en Canarias, el 31,71% en Baleares y el 25,97% de Comunidad Valenciana.

Por provincias, Pontevedra es la que más inversión extranjera capta en lo que va de año. Los compradores no residentes en España, ya que suponen el 1,03% del total. A más distancia se encuentra A Coruña, en donde representa un 0,7%, mientras que Lugo (0,42%) y Ourense (0,26%) se sitúan como las dos provincias con menor inversión extranjera de toda España.

 

Noticia original de Faro de Vigo