Reducir Gastos en tu Comunidad según la Ley de Propiedad Horizontal (LPH)

En la vida en comunidad, especialmente en los edificios de apartamentos, la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) es como un manual que nos guía en la organización de todo. Uno de los capítulos más importantes de este manual se centra en cómo se dividen los gastos entre los propietarios de los apartamentos. Esta cuestión está detallada en el artículo 9.1.e de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH).

Según esta normativa, cada propietario está obligado a contribuir con una parte de los gastos destinados a mantener el edificio en buenas condiciones y garantizar el funcionamiento adecuado de los servicios comunes, como la limpieza o el ascensor. La cantidad que cada propietario debe pagar se determina en función de lo establecido en el documento oficial del edificio o en las reglas acordadas por todos los propietarios.

Sin embargo, en ocasiones los propietarios pueden decidir modificar la forma en que se distribuyen estos gastos. Por ejemplo, pueden optar por establecer que todos paguen la misma cantidad o excluir a ciertos propietarios, como los comerciantes, de ciertos gastos.

Esta modificación en la distribución de los gastos puede ser propuesta por el propietario del edificio o por todos los propietarios en una reunión conjunta. No obstante, este tipo de decisiones pueden generar discusiones sobre los requisitos necesarios para llevar a cabo tales cambios.

La jurisprudencia clarifica esto: cambios que modifican la voluntad convencional necesitan unanimidad, pero para decisiones administrativas puede bastar mayoría simple.

Para efectuar estas modificaciones, es esencial seguir los procedimientos establecidos y dialogar con todos los propietarios para alcanzar un acuerdo. El objetivo principal es que todos estén satisfechos con la manera en que se reparten los gastos y evitar conflictos en el futuro.

En resumen, para que una comunidad de propietarios funcione de manera armoniosa, es fundamental comprender cómo se distribuyen los gastos y tener la capacidad de adaptar este sistema si es necesario, siempre mediante el diálogo y el consenso entre todos los involucrados.